El Banco Central Europeo (BCE) parece dispuesto a anunciar la segunda bajada de tipos de interés de este año en la reunión que celebra este jueves 12 de septiembre, una semana antes de que la Reserva Federal de EEUU proceda a su primer recorte del ciclo. Aunque la inflación aún sigue levemente por encima del objetivo del 2%, hay motivos para creer que el BCE va a dar rienda suelta a las bajadas de tipos. La reciente caída del petróleo y la moderación del crecimiento salarial allanan el terreno para que el banco central anuncie varios recortes en los próximos meses. Además, el banco central aprovechará, presumiblemente, esta reunión para ajustar lo que se conoce en argot monetario como el 'pasillo' (corridor) de los tipos (la diferencia que hay entre los tres tipos clave del BCE). Así, el de este jueves se espera que sea un recorte prácticamente único en su especie, puesto que podría conllevar que el BCE rebaje hasta 60 puntos básicos, de una tacada, el tipo de interés principal de refinanciación, para acercarlo a la tasa de depósito. Esta operación ya fue anunciada hace meses, pero se prevé que sea en la reunión de esta semana cuando se ejecute. Aunque de 'iure' supone una mayor bajada, de 'facto' no debería impactar en los tipos del mercado.
Primero, el recorte convencional: la bajada de 25 puntos básicos de la tasa de depósito, que quedará en el 3,5%. En el corto plazo, los datos justifican el recorte de 25 puntos básicos en septiembre de este tipo de interés principal que remunera la liquidez de los bancos. En primer lugar, la inflación se redujo significativamente del 2,6% al 2,2% en agosto. Aunque esto se debió en gran medida a los precios más bajos de la energía, es probable que el BCE lo vea como una señal positiva.
Además, la fuerte caída (casi colapso) del petróleo (ha corregido más de un 18% desde julio y el barril de Brent ha llegado a perder esta semana los 70 dólares) parece allanar aún más el terreno de los recortes. El crudo ha caído ante la previsión de un superávit en la segunda mitad del año por la ralentización de la demanda y el constante aumento de la oferta en América (EEUU, Guyana, Canadá...). Aunque el crudo no forma parte de la inflación subyacente de forma directa, su moderación tiene efectos de segunda ronda que prometen aliviar los precios más 'pegajosos' del IPC, de igual modo que el crudo y la energía en general dio comienzo al fenómeno inflacionista de 2021-2022.
En segundo lugar, según los datos del BCE, los salarios colectivos en la eurozona aumentaron un 3,6% en el segundo trimestre, lo que es notablemente más lento que en los cinco trimestres anteriores, cuando habían aumentado más del 4% y en algunos casos incluso algo menos del 5%. En la misma línea, este viernes Eurostat publicó el último gran dato que el Consejo de Gobierno tendrá sobre su mesa en septiembre: la remuneración por asalariado (medida a la que el banco central concede gran importancia), que aumentó un 4,3% en el segundo trimestre, frente al 4,8% de los tres primeros meses del año. En tercer lugar, algunos miembros del Consejo de Gobierno del BCE están cada vez más preocupados por la debilidad de la economía, algo que muestran unos débiles indicadores de actividad como los PMI (índices de gestores de compras).
El BCE envió este año a Jackson Hole a una nutrida delegación de banqueros centrales, y la mayoría se mostró partidaria de seguir recortando los tipos de interés. El economista jefe Philip Lane advirtió contra el mantenimiento de los tipos "demasiado altos durante demasiado tiempo". El gobernador del Banco de Francia, Villeroy de Galhau, declaró recientemente en una entrevista: "Sería justo y sensato decidir un nuevo recorte de los tipos".
Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ha dicho que el banco central no debería mantener los tipos de interés demasiado altos durante demasiado tiempo, ya que esto podría perjudicar a la economía. En una entrevista con Le Monde publicada en la página web del BCE, Cipollone afirmó que "existe un riesgo real de que nuestra postura se vuelva demasiado restrictiva". "Debemos asegurarnos de que la inflación converge hacia nuestro objetivo sin frenar innecesariamente la economía, porque necesitamos desesperadamente inversión y crecimiento en Europa".
Incluso el presidente del Bundesbank alemán, Joachim Nagel, de quien cabría esperar que hablara en nombre de los halcones, ha declarado que la inflación está "en el buen camino" y que "la gran ola de inflación ha terminado". Solo Isabel Schnabel, quien ha llevado la batuta en el Comité Ejecutivo del BCE en el ciclo restrictivo, se ha mostrado algo más cauta al afirmar que "los banqueros centrales no deben abandonar las políticas desinflacionistas demasiado pronto", pero no cabe duda de que apoyará una bajada de tipos esta semana.
Sin embargo, hay escollos como la persistente inflación de los servicios, que no baja del 4% interanual meses y meses después, que complican la trayectoria del banco central después de septiembre. De momento, se está especulando con la posibilidad de un nuevo recorte de los tipos de interés en la próxima reunión del 17 de octubre. Los mercados de futuros señalan una probabilidad de alrededor del 40%.
La moderación de la inflación
Un argumento a favor del recorte en octubre podría ser que la inflación en agosto sólo superó ligeramente el objetivo del 2% y es poco probable que cambie mucho en septiembre y octubre debido a los efectos de base y a los bajos precios actuales de la energía. Además, los partidarios del Consejo de Gobierno del BCE están enfatizando cada vez más su preocupación por la debilidad de la economía. De hecho, es probable que los expertos del BCE también reduzcan ligeramente sus previsiones económicas. Sin embargo, también hay dudas con esa posible bajada. Por ejemplo, el presidente del banco central de Lituania, Gediminas Simkus, a quien se considera un miembro 'neutral'", ha calificado de "bastante improbable" un recorte de los tipos en octubre en una entrevista reciente. Esto se debe a que muchos miembros del Consejo, incluidos algunos del bando moderado, siguen enfatizando la importancia de las proyecciones para sus decisiones sobre los tipos de interés.
Estas dudas con octubre no cambian el hecho de que habrá más recortes de tipos de interés en los próximos meses. En primer lugar, señalan desde Commerzbank, el Consejo de Gobierno del BCE está dominado por las palomas, que aumentarán la presión sobre los miembros restantes del Consejo para que relajen las riendas monetarias. En segundo lugar, siguen, varios miembros del Consejo han expresado la opinión de que los recortes de los tipos de interés son posibles siempre que la inflación se mantenga en línea con las expectativas, es decir, las proyecciones del BCE. En este contexto, el gobernador del banco central de Letonia, Martins Kazaks, a quien se califica como miembro del ala dura, dijo en una entrevista en agosto que cree que los recortes de los tipos de interés son posibles incluso si la inflación se mueve lateralmente.
En tercer lugar, concluyen, es probable que el crecimiento siga siendo moderado por el momento, lo que significa que la recuperación económica que muchos ya habían esperado se está retrasando. "Incluso suponemos que esto llevará unos cuantos trimestres más, lo que daría a los partidarios de la postura moderada un argumento más para recortar los tipos de interés. En concreto, esperamos que los tipos de interés se reduzcan en 25 puntos básicos en diciembre, marzo y junio", zanjan. Con esta previsión de que los recortes de los tipos terminarán a mediados del próximo año, cuando se alcanzaría un tipo de interés de depósito del 2,75%, estos analistas son notablemente más conservadores que los mercados, que están descontando un tipo de interés de depósito del 2,25% para finales de 2025.
Con una previsión incluso más agresiva que los mercados aparecen los analistas de Bank of America (BofA). Sus estrategas europeos, encabezados por Rubén Segura-Cayuela. "El BCE sigue mostrándose muy cauto con su ciclo de recortes, pero dadas nuestras perspectivas, seguimos viendo más recortes en 2025/26 de los que los mercados están valorando, con una vuelta a un tipo de depósito del 2% en el tercer trimestre de 2025 (a más tardar) y al 1,5% en 2026. La balanza de riesgos del BCE ha vuelto a inclinarse del lado de una aceleración más temprana de los recortes (a partir de finales de 2024, si no antes). Y si la actividad resulta aún más débil (un riesgo claro a corto plazo), podría considerarse incluso un recorte en octubre de 2024. Un recorte acumulado de 50 puntos básicos de aquí a finales de 2024 sería lo mínimo esperado, dada la falta de un claro repunte de la actividad", escriben en su último boletín.
"Buscando un equilibrio entre la fuerte desinflación conseguida y el magro crecimiento de la actividad económica, por un lado, y la reducción más lenta de la inflación en el presente y la solidez del mercado laboral, por el otro, el BCE continuará buscando una distensión cauta de su política monetaria. Así, prevemos un escenario de política monetaria decrecientemente restrictiva, con bajadas graduales de los tipos de interés que llevarían el tipo 'depo' al 3,25% a diciembre de 2024, al menos hasta el 2,5% a cierre de 2025, y al 2% en 2026", tercia David del Val desde CaixaBank Research.
El recorte 'técnico' para ajustar el marco monetario
Además, el banco central va a implementar un recorte de tipos que podríamos llamarlo como 'técnico' para justar su marco operacional de política monetaria. El BCE está un tanto preocupado por la volatilidad en los mercados monetarios producto, en parte, del ancho pasillo monetario que presenta en la actualidad la institución. Hoy, hay 50 puntos básicos de diferencia entre la tasa de depósito (en el 3,75%) y el tipo principal de refinanciación (en el 4,25%), mientras que la distancia se amplía hasta los 75 puntos básicos con la facilidad marginal de crédito (4,5%).
De modo que el BCE quiere ir adaptando sus tipos a un sistema menos amplio de reservas (que los bancos están viendo reducida su liquidez a medida que el banco central deja vencer los bonos de su balance), y que los intercambios de liquidez se realicen a un 'precio' estable y cercano a la tasa de depósito, que es el tipo de interés más importante en la zona euro. Para ello, el Consejo de Gobierno podría haber decidido comenzar a recortar la distancia entre todos estos tipos, rebajando más deprisa la tasa de refinanciación, que es la que se cobra a los bancos por acudir a las subastas semanales del BCE.
Así lo cree Andrew Kenningham, analista de Capital Economics, que anticipa en una nota que "es probable que el BCE recorte sus otros dos tipos de interés oficiales (el de 'refi' y la facilidad marginal) en una cantidad mucho mayor, 60 puntos básicos. Esto forma parte de un cambio planificado en el marco operativo del BCE, cuyo objetivo es evitar un posible aumento de la volatilidad de los tipos de interés mediante la reducción del diferencial entre el límite inferior y el límite superior del corredor de tipos de interés del BCE. No supondría ninguna relajación monetaria adicional".
Los analistas de Commerzbank coinciden y explican que "el tipo de interés principal de refinanciación se reducirá probablemente hasta en 60 puntos básicos, hasta el 3,65%. Al ajustar su "marco operativo" en marzo, los banqueros centrales decidieron reducir el diferencial entre el tipo de interés principal de refinanciación y el tipo de interés de depósito de 50 a 15 puntos básicos".
La intención es pasar del actual sistema de reservas, impulsado de facto por la oferta (en el que las reservas son abundantes y están determinadas exclusivamente por el tamaño del balance del BCE), a un sistema impulsado por la demanda, en el que las reservas son algo más escasas (tampoco mucho). El techo se fijará con el tipo 'refi' a través de operaciones de préstamo o subastas semanales. Este es un intento por recuperar (de una forma bastante descafeinada) el método de funcionamiento de la política monetaria antes de la crisis financiera de 2008, cuando el tipo de interés se fijaba entorno a las subastas de refinanciación (ahora se fija con la tasa de depósito que paga un interés a la liquidez de la banca).
Los expertos de Commerzbank coinciden y aportan que "el objeto incentivar a los bancos a pujar en las operaciones semanales o a través de las TLTRO (subastas de liquidez a largo plazo) a 3 meses, para las que también se aplica el tipo de interés de depósito +15 puntos básicos. Esto debería limitar el margen potencial de volatilidad en los tipos del mercado monetario a corto plazo, incluso si el exceso de liquidez disminuye gradualmente y los bancos vuelven a utilizar el principal instrumento de refinanciación". El diferencial entre la facilidad marginal de préstamo y el tipo de interés principal de refinanciación se mantendrá en 25 puntos básicos, lo que significa que la facilidad debería caer al 3,90% en septiembre.
Así, además del recorte convencional, el BCE anunciar este movimiento que marcará el inicio de una nueva era en el marco operativo del banco central. La demanda de liquidez en las subastas mensuales volverá a cobrar importancia (será más barata), mientras que el BCE sigue en su proceso de reducción de balance. Una pequeña revolución en los tipos de interés muy vistosa, pero que en la práctica no debería generar movimientos importantes ni en el euríbor ni en otros tipos de interés del mercado monetario.
Fuente: El Economista es